Los embutidos surgieron hace muchos años con el objetivo de conservar los alimentos y a día de hoy siguen estando presentes en nuestra dieta. A continuación os desmentimos cuatro mitos que han surgido a lo largo del tiempo en relación con este alimento.
1. Los embutidos se elaboran con carne de poca calidad.
¡Para nada! En muchas ocasiones se ha dicho que los embutidos están elaborados con restos de carne o que se elabora con una carne de muy baja calidad. Estos dos mitos no forman parte de la realidad de producción de nuestros embutidos. Para nosotros es muy importante priorizar la calidad antes que la cantidad. Nos gusta trabajar con un producto de calidad, el cual elaboramos con buena carne y cuidando al máximo todos los procesos de elaboración.
2. No son buenos para nuestra salud.
Estamos seguros de que es uno de los mitos más populares que se ha dicho en relación con el consumo de embutidos, pero la realidad es que todo depende de la elaboración e ingredientes del embutido que consumas.
La carne de cerno está libre de conservantes, esto hace que trabajemos con una carne de calidad y conservando todas sus propiedades y sabor. Es por eso que si escogemos un embutido de calidad, su consumo ocasional no supone un problema para nuestra salud.
3. No aportan energía a nuestro cuerpo.
Lo cierto es que hay embutidos que son ricos en proteínas, como por ejemplo el lomo embuchado. Es uno de los embutidos que aporta un mayor beneficio para nuestro desarrollo muscular, gracias al aporte de proteínas. Sin duda, para la gente que hace deporte es un estupendo alimento para su dieta.
4. No debemos comer lo que recubre el embutido.
Depende de como esté elaborado. Si se ha hecho con tripa de cerdo o cualquier otro animal es completamente comestible.