Llega el calor, los vermuts al aire libre, las patatas chip, las olivas y la tabla de fuet recién cortado. Sin duda el snack favorito de los más pequeños de la casa a los más mayores ¿Quién no ha pasado una buena tarde de verano en familia, acompañado de la brisa estival, charlas infinitas, juego de cartas y picoteando un trozo de fuet y después de otro… y de otro…? Siempre se acaba pronto. Pero como se dice, los buenos momentos siempre nos pasan mucho más rápido.
En Rafael Baró tenemos diversidad de gustos para que podáis elegir o combinarlos a vuestro gusto: el tradicional, el de hierbas, ajo, pimienta…
La realidad es que no solo es ideal para el picoteo previo al almuerzo, sino que su bajo peso y su forma hacen que sea un embutido que puedas llevar a cualquier lugar y puedes disfrutarlo en cualquier sitio: En la playa, de excursión a la montaña, e incluso en la merienda de los peques.
Además de su fácil transportabilidad, el fuet es rico en proteínas, necesarias para el crecimiento y reparación de tejidos, entre otros. También contiene vitaminas como las del grupo B y minerales como el hierro,calcio o potasio.
Aun así, hay que tener en cuenta que también es un alimento rico en grasas y sal que debemos disfrutarlo con moderación, por ello siempre es preferible optar por fuets de buena calidad, como los nuestros.